Idiotas Anónimos - Crónicas de Esperantia

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sábado, 28 de enero de 2006

Idiotas Anónimos

Lo he pensado bien. Lo he meditado detenidamente y me he propuesto como reto para este año dejar de ser idiota.

Sé que con la que está cayendo sería más sensato proponerse dejar de fumar, pero algo tendré que dejar para el 2007. ¿No?

En primer lugar debo buscar la Asociaciación de Idiotas Anónimos, donde ex-idiotas te ayuden con sus experiencias para dar el paso definitivo.

Es un paso muy grande en una vida el tomar este tipo de decisiones porque en un mundo de idiotas, los no idiotas lo deben pasar realmente mal, pero me arriesgaré. Creo que el estado de no idiocia es mucho mejor que el de idiocia profunda en el que parece ser está sumido el 98% de la humanidad.

Estos datos los conocen las grandes empresas y los gobiernos y hacen uso de ellos a conciencia. Por ejemplo las compañías telefónicas saben que de cada 100 personas, 98 son idiotas y no van a protestar por ninguna de las perrerías que les hagan. A los 2 no idiotas que creen que los contratos se deben cumplir, que las leyes están para algo y que los servicios deben prestarse de acuerdo con las condiciones firmadas, les echan a otros idiotas especializados para agotarles la paciencia e inducirles al suicidio y a la muerte, cuando no a la locura. El Teleoperador lo ilustra con ejemplos prácticos

Los bancos y las compañías de seguros también lo saben y usan la misma técnica, supongo que copiada de la Central General de Idiocia mundial.

Los políticos hacen lo mismo, pero no dan el gran paso de fundar por ejemplo el partido de idiotas de España, por ceñirnos a nuestro país. ¿Y por qué no lo hacen si lo tendrían lleno de militantes? Porque a los idiotas no les gusta que les recuerden que lo son. Todos los idiotas se creen no-idiotas en potencia.

Si se hicieran encuestas al respecto, el resultado sería:

Confiesan ser idiotas 0%
Confiesan no ser idiotas 98%
No saben o no contestan 2%

Cuando encontrara la Asociación de Idiotas Anónimos seguro que escucharía grandes historias de ex-idiotas, cuya vida dio un giro profundo al cambiar de rumbo. Seguro que habría más de uno que hablaría de cómo se pasaba en su vida de idiocia varias horas amorrado a la televisión, viendo cualquier cosa que pusieran independientemente de su calidad, con la vana esperanza de que en algún momento salga algo que realmente le interese: Informativos en los que compiten por los litros de sangre que ofrecen, por la truculencia de los asesinatos, por el ensalzamiento de las más bajas pasiones, relatadas por las marujas vecinas de la matada y del matador. Siempre hay una vecina que conocía la vida de los protagonistas de cada suceso:

EXTERIOR DÍA/PLANO MEDIO

VTR:
Maruja de Guardia en el barrio: "Era un matrimonio muy normal y él era muy simpático. No me imaginaba que cortara a su mujer con la sierra eléctrica y luego se hiciera sus riñones encebollados. No me pega en él. Yo hubiera imaginado, por lo que lo conocía, que se los habría hecho al pil pil..."

Siempre resulta que el asesino era un tío normal o simpático incluso que saludaba a la gente, según cuentan en casi todos los casos. Como si los asesinos fueran por la calle y no saludaran a los que conocen:"A ese tía de la acera de enfrente la conozco, pero como soy un asesino no la voy a saludar"

Y ya de por sí es bastante lamentable que unos cuantos psicópatas anden diezmando a la población femenina por altas, bajas o medias pasiones como para que nos lo tengan que mostrar con pelos y señales.

Pero,como no tienen suficiente con los culebrones, necesitan el culebroncillo local para rematar cada jornada. Las marujas deben estar muy organizadas porque en cualquier suceso está la de guardia para narrar el caso a los reporteros. Son más fiables que los servicios de emergencia. Supongo que seguirán turnos rigurosos para mantener esa omnipresencia mítica.

¿Todavía no se le ha ocurrido a ninguna empresa, vender ataudes con televisión?

Creo que mucha gente moriría más tranquila. Supongo que en los testamentos, el finado-a podría dejar dicho qué canal había decidido que le dejaran sintonizado. Porque sería una putada que a alguien a quien le gusten mucho los culebrones lo entierren con una televisión sintonizada en un canal de documentales.

Yo, por supuesto, sigo siendo un idiota porque me considero un no idiota, pero el hecho de reconocer tu condición ya es una buena señal para dejar de serlo. Todavía sigo siendo un idiota, pero me estoy quitando o, al menos, tengo esa intención.

En Idiotas Anónimos supongo que conoceré a otras personas en mi misma situación y no me sentiré tan sólo. Espero que este gran paso que quiero dar sea un viaje sin retorno. Las tentaciones para volver son muchas y la principal es que la no-idiocia es un mundo en extinción.

Seguramente aprenderé de sus experiencias. Espero tomar nota.

La imagen la encontré en O Clube dos Idiotas

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