Definitivamente voy a dejar de escuchar a Federico Jiménez Losantos. Hoy lo pasé muy mal. Estuve más de 10 minutos sin parar de reirme y cuando creía que no tendría que ir a urgencias, volvió a la carga con sus monólogos de humor geniales.
El primer amago de infarto me llegó 10 minutos después de que dijera que "¿A qué esperaba el Gobierno para arrancarnos un kilo de carne magra a cada español para dársela a Polanco para que la venda por ahí fuera?
A Polanco, que es un tío que hay que echarle de comer aparte, Federico le tiene un "cariño especial" y es uno de los protagonistas de sus monólogos.
Más tarde, cuando creía que ya no tendría que ir a urgencias porque iban amainando las carcajadas, contó, después de un planteamiento muy gracioso, la última iniciativa que va a tomar la oposición del PP, darle caña a Zapatero porque fuma en La Moncloa. Lo gracioso estaba en ese tono de pasota que adoptó. Porque él que defiende a capa y espada al PP, veía que se dedicaban a gilipolleces. A partir de este momento se le notaba que había caído en el pesimismo pasota y las ocurrencias se iban suceciendo sin cesar.
Claro. El pobre tío, se pasa los días apoyando al PP, entrevistando a sus militantes y líderes día tras día y comprueba que ellos se van por la tangente. En este punto tuve mi segundo ataque fuerte de risa, pero habría un tercero y un cuarto.
Cuando hablaba con un contertulio y le decía "...según escribías el otro día que la Monarquía era la institución más valorada por los españoles, aunque yo opino que es la siesta..."
Me reí mucho. No eran ataques de risa. Eran ataques de carcajadas de varios minutos. Para aquellos federiquistas radicales que me escriben debo decirles que eran carcajadas respetuosas al escuchar a uno de los mejores humoristas de nuestro tiempo. Es un genio.
Habló del vestido que lució Carmen Calvo, ministra de Cultura durante la gala de elección de los premios Goya y que ves en la foto que recogí en El Mundo. Cuando entré a verlo, había un pequeño sondeo para saber qué vestidos habían gustado más y ella estaba en cuarto lugar. Luego, no sería tan horrible a juicio de los votantes o votantas.
La gala de los premios Goya, no la ví. No veo la tele y mucho menos para pestiños de este tipo. Ya es surrealista que a unos premios de cine los llamen Goya. Supongo que a los de pintura los llamarán Falla, a los de escultura, Buñuel y a los de música, Velázquez.
Pero por lo visto la mejor película española que escogió la academia española de cine para competir en los Oscar, no salío como mejor película española que votó la misma academia española. Ganó otra en la que no hablan español. Era en inglés. Repetir varias veces academia y española es para acentuar el surrealismo de una academia española que premia la mejor película española y sale una en inglés.
El palmarés lo puedes consultar también en el especial de El Mundo
El primer amago de infarto me llegó 10 minutos después de que dijera que "¿A qué esperaba el Gobierno para arrancarnos un kilo de carne magra a cada español para dársela a Polanco para que la venda por ahí fuera?
A Polanco, que es un tío que hay que echarle de comer aparte, Federico le tiene un "cariño especial" y es uno de los protagonistas de sus monólogos.
Más tarde, cuando creía que ya no tendría que ir a urgencias porque iban amainando las carcajadas, contó, después de un planteamiento muy gracioso, la última iniciativa que va a tomar la oposición del PP, darle caña a Zapatero porque fuma en La Moncloa. Lo gracioso estaba en ese tono de pasota que adoptó. Porque él que defiende a capa y espada al PP, veía que se dedicaban a gilipolleces. A partir de este momento se le notaba que había caído en el pesimismo pasota y las ocurrencias se iban suceciendo sin cesar.
Claro. El pobre tío, se pasa los días apoyando al PP, entrevistando a sus militantes y líderes día tras día y comprueba que ellos se van por la tangente. En este punto tuve mi segundo ataque fuerte de risa, pero habría un tercero y un cuarto.
Cuando hablaba con un contertulio y le decía "...según escribías el otro día que la Monarquía era la institución más valorada por los españoles, aunque yo opino que es la siesta..."
Me reí mucho. No eran ataques de risa. Eran ataques de carcajadas de varios minutos. Para aquellos federiquistas radicales que me escriben debo decirles que eran carcajadas respetuosas al escuchar a uno de los mejores humoristas de nuestro tiempo. Es un genio.
Habló del vestido que lució Carmen Calvo, ministra de Cultura durante la gala de elección de los premios Goya y que ves en la foto que recogí en El Mundo. Cuando entré a verlo, había un pequeño sondeo para saber qué vestidos habían gustado más y ella estaba en cuarto lugar. Luego, no sería tan horrible a juicio de los votantes o votantas.
La gala de los premios Goya, no la ví. No veo la tele y mucho menos para pestiños de este tipo. Ya es surrealista que a unos premios de cine los llamen Goya. Supongo que a los de pintura los llamarán Falla, a los de escultura, Buñuel y a los de música, Velázquez.
Pero por lo visto la mejor película española que escogió la academia española de cine para competir en los Oscar, no salío como mejor película española que votó la misma academia española. Ganó otra en la que no hablan español. Era en inglés. Repetir varias veces academia y española es para acentuar el surrealismo de una academia española que premia la mejor película española y sale una en inglés.
El palmarés lo puedes consultar también en el especial de El Mundo
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