Los psicópatas de los blogs

Esta semana tenía toda la pinta de ser una más del año para Crónicas de Esperantia. Visitas más o menos asiduas, algún despistado-a que llega de no sabe dónde y termina enganchándose, jornadas más o menos inspiradas para escribir y lo típico en un blog. Pero ésta quizás ha sido la semana más accidentada que he tenido en más de un año que llevo poniendo paranoias aquí. Todo comenzaba bien porque el Dios Google anunciaba que ponía en marcha su sistema de estadísticas. A mi lo de las visitas no es que me llame mucho la atención. Me da igual tener un número que otro. Es sólo un número más. Y si tienes en cuenta que por misterios insondables unos días te visita todo el mundo y otros da la impresión que no ha entrado nadie, llegas a la conclusión que todo tiene un elevado porcentaje de aleatoriedad. Bien. Google Analytics al ataque. Al contrario que a muchos, a mi me funcionó más o menos bien desde el primer día, aunque al tercero el sistema de mediciones se quedó muerto y empezó a hacer cosas raras, no me pudeo quejar. No era visible para el visitante y ocurriera lo que ocurriera, no afectaba al aspecto del blog. Pero el miércoles Abasto de Noticias empezó a fallar. Esto ya es más grave porque, yo por ejemplo tengo cinco códigos para mostrar las últimas noticias y cuando cargabas la página te salían cinco mensajes de error. Un horror. Que además rima con error.

Me di cuenta el mismo miércoles, pero decidí esperar antes de cambiar códigos y diseños. Pensé que sería algo pasajero, pero tardaron casi tres días en arreglarlo. Pasaban las horas y yo me decía: Vamos a esperar un poco más a ver si suena la flauta y se resuelve pronto. Y así estuve los tres días, devanándome los sesos, pensando qué hacer. Hoy por fín se arregló y puedo respirar tranquilo.

Esto no es algo como para interrumpir un informativo, como noticia de alcance, pero para mi resultó una pequeña odisea bloguera.

Y ahora te preguntarás: Bueno, y este tío ¿por qué ha puesto un título tan raro para contarnos todo este rollo? La respuesta estaría un poco pillada con calzador. Observo a blogueros que tienen una relación con su blog más directa que con sus propios hijos o parejas/conyuges. Yo intento distanciarme pero a veces me observo a mi mismo cómo llevo el blog y a veces pienso si alguna vez dejaré de hacer algo por el blog. De momento la respuesta es No. Creo que el día que el blog deje de convertirse en un hobbie o distracción pasará a engrosar las cifras de mortalidad infantil bloguera de la que hablaba ad astra.

No. Definitivamente hoy no estoy muy inspirado.

La imagen la encontré en Olimpiada matemática argentina.