La segunda jornada del fin de semana fue peor que la primera, pero tampoco se puede consider tan grave como para cortarnos las venas. En basket, nos esperábamos más, pero caímos en semifinales. Creo que con los planteamientos temerosos de nuestro entrenador, podemos darnos con un canto en los dientes. En el tercer cuarto estuvimos 6 minutos largos sin meter una sola canasta y eso en el cómputo final se paga. Ese insólito hecho sumado al fusilamiento a triples al que nos sometían los germanos, anunciaba lo que podía ocurrir y que al final ocurrió. Ayer jugamos a ráfagas. Ráfagas brillantes, eso sí, pero que duraban muy poco. Si observas las estadísticas de los cuartos, durante los dos primeros, tanto nos íbamos de 8 ó de 9 como se ponían a 1ó 2. Sin contar los minutos que el marcador amenazaba con llenarse de telarañas por el poco uso. Este europeo nos ha mostrado la absoluta igualdad entre todas las selecciones, en lo bueno y en lo malo, y, al margen de nuestro puesto en la clasificación final, esperemos y deseamos el bronce, habrá que empezar a pensar en el mundial con la tranquilidad de estar ya clasificados, pero con la necesidad de buscar planteamientos más agresivos de cara a la canasta contraria. Nos esperábamos más, pero un tercer o cuarto puesto tampoco está tan mal si tenemos en cuenta nuestro irregular juego.
Ahora tenemos dos opciones: empezar a trabajar positivamente para configurar un bloque y un juego competitivo de cara al mundial o colocar a los nuestros en la pira funeraria que ha dejado libre, momentáneamente y durante esta semana, Luxemburgo, el entrenador del Madrid.
En la Davis, las noticias no son tan malas, como para no tenre remedio, pero tampoco son buenas del todo. Jugamos un buen partido de dobles, pero los italianos aguantaron más y al final nos ganaron. Las espadas quedan en todo lo alto (¡Hay que ver como manejo ya las metáforas deportivas, eh!) y tendremos que esperar esta mañana a que Nadal nos saque del laberinto, cuestión que no servirá de mucho si Ferrero más tarde nos vuelve a meter en él. Yo apostaría por David Ferrer para jugar el segundo punto de hoy, pero no soy capitán y tampoco creo que me llamen para preguntarme mi opinión. Sería una pena no estar el año que viene en el grupo mundial.
Fernando creo que se va a proclamar campeón del mundo hoy en Brasil. No sólo ha conseguido la pole en el gran premio, sino que está demostrando que no se va a conformar con el podio. Me alegro mucho por él, aunque me sigue llamando muchísimo la atención que a la Fórmula 1 la consideren un deporte: Tíos sentados en un coche durante una hora o más; El mejor conductor no siempre gana; Gana el que tiene el mejor coche, independientemente de su pericia en la conducción y las reglas son sumamente extrañas. Yo que sé conducir lo justo para que me dieran el carnet, siempre he dicho que si me dan el mejor coche del circuito en un Gran Premio, estoy seguro que no me quedaría el último. Y no sólo yo, cualquiera que conduzca medianamente.
Esto es sólo para no quedar el último, para estar donde se encuentra Fernando ahora mismo, es necesario muchísimo más. Pero no vamos a quitarle méritos a Fernando que se lo ha ganado a pulso y es un fuera de serie.
Por cierto, ya hay una nueva entrega de Confusión en Radio Esperantia. Si lo deseas, también puedes escucharlo en el reproductor Popu Player que está a la izquierda
En la Davis, las noticias no son tan malas, como para no tenre remedio, pero tampoco son buenas del todo. Jugamos un buen partido de dobles, pero los italianos aguantaron más y al final nos ganaron. Las espadas quedan en todo lo alto (¡Hay que ver como manejo ya las metáforas deportivas, eh!) y tendremos que esperar esta mañana a que Nadal nos saque del laberinto, cuestión que no servirá de mucho si Ferrero más tarde nos vuelve a meter en él. Yo apostaría por David Ferrer para jugar el segundo punto de hoy, pero no soy capitán y tampoco creo que me llamen para preguntarme mi opinión. Sería una pena no estar el año que viene en el grupo mundial.
Fernando creo que se va a proclamar campeón del mundo hoy en Brasil. No sólo ha conseguido la pole en el gran premio, sino que está demostrando que no se va a conformar con el podio. Me alegro mucho por él, aunque me sigue llamando muchísimo la atención que a la Fórmula 1 la consideren un deporte: Tíos sentados en un coche durante una hora o más; El mejor conductor no siempre gana; Gana el que tiene el mejor coche, independientemente de su pericia en la conducción y las reglas son sumamente extrañas. Yo que sé conducir lo justo para que me dieran el carnet, siempre he dicho que si me dan el mejor coche del circuito en un Gran Premio, estoy seguro que no me quedaría el último. Y no sólo yo, cualquiera que conduzca medianamente.
Esto es sólo para no quedar el último, para estar donde se encuentra Fernando ahora mismo, es necesario muchísimo más. Pero no vamos a quitarle méritos a Fernando que se lo ha ganado a pulso y es un fuera de serie.
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