Los realitys se superan día a día, jornada a jornada, temporada a temporada. Los triples saltos mortales con tirabuzón y sin red buscan el más difícil todavia que nadie ha conseguido. Bienvenidos al maravilloso mundo del circo.
La protagonista de esta semana de nuestra columna es una produc tora de televisión holandesa que está buscando una mujer embarazada para que dé a luz en directo en la casa donde van a encerrarla cual campo de concentración.
Hay tanta gente encerrada en casas, selvas, castillos fantasma- góricos, buses y demás cubículos que la noticia pronto estará en que alguien hace algo fuera porque todos estaremos concursando dentro.
Cada día asistimos a algo sorprendente y se nos está poniendo cara de “todo está bien” y “todo vale por la audiencia”y todo no es más que una exposición de frikis que pasean sus horrores catódicos a cualquier hora.
Las preguntas que me hago ante el posible primer alumbramiento en directo es si permitirán la asistencia médica o serán los propios concursantes los que asistan como comadronas y obstetras a la paciente.
No quiero dar ideas, pero la medicina aplicada en una casa-guetto puede dar mucho juego sin la asistencia externa: La prueba de esta semana consiste en operar de apendicitis a Patricia o transplantarle el corazón a Juan.
Siempre la realidad supera a la ficción y no me extrañaría mucho que este tipo de cosas lleguemos a verlas algún día en la televisión.
De todos modos, las productoras siguen tirando de la cuerda y si hay personas que siguen tra- gando, seguiremos asistiendo a espectáculos de este tipo que no están bien ni mal. Siempre hay posibilidades para hacer otras cosas o incluso para perder el tiempo viendo este tipo de engendros monotemáticos que enganchan a millones de telespectadores en todo el mundo.
La protagonista de esta semana de nuestra columna es una produc tora de televisión holandesa que está buscando una mujer embarazada para que dé a luz en directo en la casa donde van a encerrarla cual campo de concentración.
Hay tanta gente encerrada en casas, selvas, castillos fantasma- góricos, buses y demás cubículos que la noticia pronto estará en que alguien hace algo fuera porque todos estaremos concursando dentro.
Cada día asistimos a algo sorprendente y se nos está poniendo cara de “todo está bien” y “todo vale por la audiencia”y todo no es más que una exposición de frikis que pasean sus horrores catódicos a cualquier hora.
Las preguntas que me hago ante el posible primer alumbramiento en directo es si permitirán la asistencia médica o serán los propios concursantes los que asistan como comadronas y obstetras a la paciente.
No quiero dar ideas, pero la medicina aplicada en una casa-guetto puede dar mucho juego sin la asistencia externa: La prueba de esta semana consiste en operar de apendicitis a Patricia o transplantarle el corazón a Juan.
Siempre la realidad supera a la ficción y no me extrañaría mucho que este tipo de cosas lleguemos a verlas algún día en la televisión.
De todos modos, las productoras siguen tirando de la cuerda y si hay personas que siguen tra- gando, seguiremos asistiendo a espectáculos de este tipo que no están bien ni mal. Siempre hay posibilidades para hacer otras cosas o incluso para perder el tiempo viendo este tipo de engendros monotemáticos que enganchan a millones de telespectadores en todo el mundo.
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