El verano ha llegado. El ritmo se ralentiza y tanto televisiones como radios echan una ojeada a sus respectivos baúles para afrontar el soporífero verano con producciones baratas, ya realizadas, o de coste ínfimo. Si durante todo el año, estamos acostumbrados a padecer verdaderas torturas televisivas, lo que se nos avecina en verano, es la guinda.
Aunque suene algo surrealista, habitualmente escucho la televisión a través de la radio y en los programas de zapping que emiten algunas emisoras, descubro el día a día de un medio que se me antoja alienante.
Mientras con la radio, puedes seguir haciendo otras cosas y la imaginación de cada uno, completa lo que estás escuchando, con la televisión ocurre lo contrario, debes permanecer atento, absorto a una pantalla para ver lo que te cuentan y dejar la imaginación en el perchero porque todo se te da hecho.
De los géneros más horripilantes que he podido escuchar de la televisión a través de la radio, los reality se llevan la palma. Todavía hoy me cuesta entender que haya personas que disfruten viendo las evoluciones de un conjunto de especimenes encerrados en casas, selvas, islas y similares cuyos coeficientes intelectuales sumados suelen ofrecer resultados desalentadores.
Esa sería la primera parte porque la segunda es. todavía si cabe, más deprimente: Todos y cada uno de los participantes, una vez terminado su periplo por el concurso en cuestión, pasean sus bajezas, iniquidades y sus peores instintos por platós televisivos, supongo para asegurar a aquellos que todavía no lo tuvieran claro, que son tal como los han visto.
Los índices de audiencia mandan y las televisiones emiten lo que mayores porcentajes de share les proporciona.
La pregunta que me hago es si los canales emiten lo que el público demanda o el espectador ve lo que le ponen porque no tiene alternativas. De todos modos, ¿quién sabe? Quizás todos estos concursos de tele-realidad sean un experimento científico que pretenda demostrar que juntando las neuronas de 10 ó 12 personas manifiestamente mejorables, se pueda crear un cerebro medianamente presentable.
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